Seis de la mañana y tu mano no llega a apagar la alarma, antes de que la pereza te
diga que es muy temprano, que hace frío y que está muy oscuro para salir de la cama.
Tus doloridos músculos están aún en rebelión, fingiendo no escuchar las órdenes que
tu cabeza les da diciéndoles que se muevan. Una legión de voces que te dicen que
vuelvas al mundo de los sueños, pero tú no pediste su opinión, porque la única voz
que tú decidiste escuchar es la del desafío. Esa voz que hizo que pusieras la alarma a
esa hora, así que prepárate, pon los pies en el suelo y no mires atrás, porque tienes
trabajo que hacer.
diga que es muy temprano, que hace frío y que está muy oscuro para salir de la cama.
Tus doloridos músculos están aún en rebelión, fingiendo no escuchar las órdenes que
tu cabeza les da diciéndoles que se muevan. Una legión de voces que te dicen que
vuelvas al mundo de los sueños, pero tú no pediste su opinión, porque la única voz
que tú decidiste escuchar es la del desafío. Esa voz que hizo que pusieras la alarma a
esa hora, así que prepárate, pon los pies en el suelo y no mires atrás, porque tienes
trabajo que hacer.
Bienvenido a la rutina karateca. Cada día es un conflicto entre el camino fácil y el
camino correcto. Muchos senderos se abren ante ti y cada uno te promete un camino
más sencillo, pero el asunto es que tú vas cuesta arriba, y cuando eliges esa opción,
cuando rechazas lo que es más cómodo, lo que es seguro y a los que algunos llaman
“sentido común”, ese es el día uno. A partir de ahí todo se vuelve más duro, por eso el
kárate se trata de cuanto podemos aguantar y seguir hacia delante. Así que asegúrate
de que esto es lo que quieres, porque el camino fácil siempre estará ahí esperando a
que lo tomes. Todo lo que tienes que hacer es dejarlo, pero no lo haces, nunca te das
por vencido, porque si lo haces el dolor te durará para siempre. Con cada paso que
das en el tatami, tomas la decisión de dar otro. Ahora estás en tu camino, pero este no
es el momento de pensar en lo lejos que has podido llegar, porque estás peleando
contra un adversario al que no puedes ver, pero que siempre te pisa los talones. Notas
su aliento en tu espalda, ¿Sabes lo que es? Eres tú, tus miedos, tu inseguridad…
Todos alineados como un pelotón preparado para echarte del camino. Tenemos miedo
a fracasar ya que el margen para cometer un error es muy pequeño, pero no te
desanimes. No es fácil de derrotarlos, pero no son invencibles. Recuerda: “esto es
Kárate”. La gran batalla entre tu cuerpo, tu mente, y tus miedos que te dicen “esto es
solo un deporte, es una pérdida de tiempo, todos son más fuertes que tú, asúmelo”.
Cuando pase esto, recuerda porque estás luchando y no lo olvides, porque ese
momento es como enfrentarse a la muerte, lo convertirá todo en cenizas al mínimo
error. Estás siempre buscando tu punto débil, ese pequeño sentimiento que no tuviste
en cuenta a la hora de prepararte, pero aunque tus miedos se esconden en los
detalles, la pregunta sigue siendo ¿Eso es todo, estás seguro? Cuando la respuesta
es “sí” has hecho todo lo posible para prepararte para la batalla.
Cuando finges no tener una lesión para seguir luchando por tus sueños, porque eres
capaz de renunciar a todo excepto a tu objetivo, eres capaz de levantarte de cada
caída más fuerte, porque pisas un tatami y te sientes grande, entonces te das cuenta
de que es el momento de salir y de enfrentarte a tu enemigo, tu enemigo interior. Sólo
ahora debes comenzar la batalla en el tatami. Porque eres un león en un campo de
leones que luchan por atrapar la misma presa, esa presa que no es otra que
superarse, con hambre que te dice que la superación es lo único que te mantendrá
vivo. El sudor es para los que saben que superarse no es un premio sino una elección.
Ahora decide, porque el destino no espera a nadie. Y cuando tu momento ha llegado,
aunque miles de personas te digan que no estás preparado, escucha a tu corazón que
te dice: “Estás preparado, ahora solo depende de ti”. Encuentra tu grandeza, porque
siempre que estés dentro de un tatami dando lo mejor de ti vas a comprender lo que
es la verdadera felicidad porque el kárate no es solo un deporte es un estilo de vida.
Aroa Alfaro
camino correcto. Muchos senderos se abren ante ti y cada uno te promete un camino
más sencillo, pero el asunto es que tú vas cuesta arriba, y cuando eliges esa opción,
cuando rechazas lo que es más cómodo, lo que es seguro y a los que algunos llaman
“sentido común”, ese es el día uno. A partir de ahí todo se vuelve más duro, por eso el
kárate se trata de cuanto podemos aguantar y seguir hacia delante. Así que asegúrate
de que esto es lo que quieres, porque el camino fácil siempre estará ahí esperando a
que lo tomes. Todo lo que tienes que hacer es dejarlo, pero no lo haces, nunca te das
por vencido, porque si lo haces el dolor te durará para siempre. Con cada paso que
das en el tatami, tomas la decisión de dar otro. Ahora estás en tu camino, pero este no
es el momento de pensar en lo lejos que has podido llegar, porque estás peleando
contra un adversario al que no puedes ver, pero que siempre te pisa los talones. Notas
su aliento en tu espalda, ¿Sabes lo que es? Eres tú, tus miedos, tu inseguridad…
Todos alineados como un pelotón preparado para echarte del camino. Tenemos miedo
a fracasar ya que el margen para cometer un error es muy pequeño, pero no te
desanimes. No es fácil de derrotarlos, pero no son invencibles. Recuerda: “esto es
Kárate”. La gran batalla entre tu cuerpo, tu mente, y tus miedos que te dicen “esto es
solo un deporte, es una pérdida de tiempo, todos son más fuertes que tú, asúmelo”.
Cuando pase esto, recuerda porque estás luchando y no lo olvides, porque ese
momento es como enfrentarse a la muerte, lo convertirá todo en cenizas al mínimo
error. Estás siempre buscando tu punto débil, ese pequeño sentimiento que no tuviste
en cuenta a la hora de prepararte, pero aunque tus miedos se esconden en los
detalles, la pregunta sigue siendo ¿Eso es todo, estás seguro? Cuando la respuesta
es “sí” has hecho todo lo posible para prepararte para la batalla.
Cuando finges no tener una lesión para seguir luchando por tus sueños, porque eres
capaz de renunciar a todo excepto a tu objetivo, eres capaz de levantarte de cada
caída más fuerte, porque pisas un tatami y te sientes grande, entonces te das cuenta
de que es el momento de salir y de enfrentarte a tu enemigo, tu enemigo interior. Sólo
ahora debes comenzar la batalla en el tatami. Porque eres un león en un campo de
leones que luchan por atrapar la misma presa, esa presa que no es otra que
superarse, con hambre que te dice que la superación es lo único que te mantendrá
vivo. El sudor es para los que saben que superarse no es un premio sino una elección.
Ahora decide, porque el destino no espera a nadie. Y cuando tu momento ha llegado,
aunque miles de personas te digan que no estás preparado, escucha a tu corazón que
te dice: “Estás preparado, ahora solo depende de ti”. Encuentra tu grandeza, porque
siempre que estés dentro de un tatami dando lo mejor de ti vas a comprender lo que
es la verdadera felicidad porque el kárate no es solo un deporte es un estilo de vida.
Aroa Alfaro